Lo contaba en otro blog hace justo un año, pero hoy es el día apropiado para repetirlo: por raro que les parezca, hay palabras que tienen fecha de nacimiento. Hoy, 22 de agosto, el folklore está de aniversario. Este magnífico texto que apareció en agosto del 2000 en la muy recomendable web del Planetario de Rio de Janeiro les aclarará por completo la cuestión:
Folclore
Agosto es el mes del folclore. Más exactamente, su día es el 22 de agosto. Esto se debe a que fue el 22 de agosto de 1846 cuando el anticuario inglés William Thoms vio publicada una carta suya en el "London Athenaeum", invitando a todos a un esfuerzo colectivo para la conservación de las tradiciones y leyendas de las islas británicas. Al conjunto del saber popular él le llamó "folklore", (the lore of the folk, la sabiduría del pueblo).
Que el día del folclore haya sido fijado en la fecha de nacimiento de una palabra es algo notable. no menos notable que el término en sí, que fue incorporado a diversos idiomas. La alternativa en portugués a ese anglicismo es el complicado (y amedrentador) "antropopsicología", que ninguno de los grandes diccionarios modernos registra.
¿Y cuál de las ciencias exactas está más ligada al folclore? La Astronomía.
El nacimiento de la Astronomía se debe al folclore, o por lo menos a la tradición oral que transmitía el conocimiento a las siguientes generaciones. Durante mucho tiempo el conocimiento que el hombre primitivo tuvo de los cielos era, en su significado más básico, folclórico.
Poco a poco, nuevos instrumentos y fórmulas matemáticas fueron alejando a la recién nacida ciencia de sus raíces folclóricas. Pero un pueblo muy supersticioso, los sumerios, que leían el futuro en las vísceras de los animales, pasó a desvelarlo en las entrañas del propio Universo. Así nació la Astrología, hermana pequeña de la Astronomía.
Los sumerios, al igual que los egipcios, griegos y romanos, llenaron el cielo con leyendas, historias de dioses, héroes y monstruos. En especial las constelaciones del zodíaco, todas ellas, formaban parte de alguna historia, la forma en que los pueblos se ayudaron para contar el tiempo. Una cabra en el cielo representada en la constelación de Capricornio recordaba a todos que el invierno estaba llegando y que, a causa del frío, las cabras descenderían de las montañas.
Gracias a muchos de esos relatos, como el del héroe Gilgamesh contra el Toro, el de Perseo rescatando a Andrómeda, o el de Orión y el Escorpión, la Astronomía permaneció viva, próxima al pueblo, por más que los avances científicos hayan ido volviéndola más compleja.
En este mes de agosto conviene celebrar las leyendas y la ciencia que alimentan.
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